El agua, el mar, la frescura, son partes de la naturaleza
que me atraen y me invitan a jugar con ellas utilizándolas como metáforas para
expresar lo que voy descubriendo y en estos primeros intentos, serán mi marco
de reflexión para establecer mi propuesta de situación de aprendizaje que
quiero implementar en mis cursos de este semestre.
Entrar en internet es acercarse a un “mar” de posibilidades,
por algo se llama “navegar”. Navegar en el mar es toda una aventura, navegar en
internet también, hay que desarrollar habilidades para no perderse, para “dominar
el timón” y saber a dónde dirigirse. Cuando se trata de aprendizaje, de igual forma
es importante tener claro lo que se quiere aprender, a donde me va a conducir y
qué voy a hacer con lo obtenido, esto es ya de por sí, una labor de concreción
que requiere claridad, especificidad sobre el objeto de aprendizaje y
aplicabilidad a situaciones concretas y resolución de problemas con los que los
alumnos se enfrentarán en su práctica profesional.
Empiezo a “nadar” entre las propuestas que escucho en el
video, entre las que leo en los blogs de mis compañeros y empiezan a surgir
preguntas que posiblemente me ayuden a aterrizar lo que quiero realizar como
propuesta de aprendizaje.
Viendo el video sobre las distintas propuestas me pregunto,
¿quiero que realicen algo centrado en las conexiones entre los alumnos?, ¿algo
centrado en los contenidos o algo centrado en las tareas? Estas preguntas me
ayudan a ir acotando una propuesta:
Me doy cuenta de que en este momento no quiero diseñar algo
distinto respecto de los contenidos, con tan poco tiempo para concluir el
semestre, implicaría revisar de nuevo y a fondo la guía de aprendizaje y esto me gustaría
hacerlo junto a mi academia, en las ricas discusiones sobre contenidos nuevos
que pueden aportarse entre todos. Entonces, con los contenidos que tenemos
establecidos, ¿cómo combinar las conexiones entre los alumnos y la modificación
de las tareas de modo que resulten innovadoras para el aprendizaje, que
incentiven la autogestión de los alumnos y su creatividad? Y en mi misma
pregunta me doy cuenta de que me centro en las tareas innovadoras que estimulen
el aprendizaje y que favorezcan las conexiones entre ellos. Las pistas empiezan
a surgir.
Si, antes de surfear o de bucear, hay que aprender a nadar,
al menos para no ahogarse. Nadar, surfear y bucear requieren de algunas habilidades
comunes, como perderle el miedo al agua, flotar, trabajar con la respiración.
Pero también el desarrollo de habilidades distintas dependiendo de lo que se
quiere hacer.
En la actualidad “surfear” está de moda, desarrollar
habilidades en el mar de posibilidades de la red, aprender miles de trucos para
no “caerte”, herramientas diversas y velocidad en su manejo. Sin embargo, aun
cuando está de moda, no todo el mundo lo consigue, me pregunto si esto busco
que logren mis alumnos y me doy cuenta de que no es necesariamente lo que
quiero incentivar en mi interacción con ellos. Creo que esto lo irán haciendo
solos poco a poco.
En cambio sí me gustaría que aprendieran a bucear
en un rincón concreto, admirando sus
maravillas, explorando sus posibilidades y disfrutando la aplicación de lo
encontrado, no importa que sea solo en “ese rincón”. Me parece que es algo así
como el video decía: aprender a discernir, a realizar distinciones precisas, a detenerse,
a disfrutar una cosa a fondo, a asimilar todo su contenido y sacarle partido, y, además, realizarlo de muchas
formas, dejar que se tornen creativos e innovadores en sus propios estilos y
modos de aprendizaje, sí, creo que esto es lo que deseo hacer.
Hola Gaby:
ResponderEliminarSiguiendo con tu analogía, pensé que ese lugar de buceo al que quieres llevar a tus alumnos necesita ser rico y diverso para que sus ideas se vean enriquecidas. Diverso en contenidos, puntos de vista y manera de abordaje.
Me gusto mucho tu entrada
Saludos
Gracias Nilda, aún me falta concretar...
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